lunes, 19 de febrero de 2018

Empresas cotizadas y no cotizadas: ventajas e inconvenientes para el inversor

Cotizadas o no cotizadas, las empresas no dejan de ser negocios. Es lo principal, y lo que haremos bien en no olvidar a la hora de invertir, pero sí que es cierto que podemos encontrar ciertas diferencias, ventajas e inconvenientes entre las compañías que están sujetas, o no, a cotización diaria.

Un ejemplo de empresa no cotizada sería Mercadona, cuya historia podéis consultar en su propio portal.

Tabla de Contenidos

1 Empresas cotizadas: ventajas e inconvenientes
· 1.1 Cotización diaria de las empresas en las bolsas
· 1.2 Obligaciones legales
· 1.3 Acceso a la información
2 Empresas no cotizadas
· 2.1 Acceso a la inversión en empresas no cotizadas
· 2.2 No cotización de las empresas no cotizadas
· 2.3 Inexistencia de mucha información: investigación desde cero y costosa
3 Mi opinión personal: mejor las cotizadas para invertir

- Empresas cotizadas: ventajas e inconvenientes


Hablemos primero de las circunstancias de las empresas cotizadas, que al fin y al cabo son a las que tienen acceso todos los inversores.

+ Cotización diaria de las empresas en las bolsas


Primeramente tenemos el asunto de la cotización diaria, la liquidez. Para según qué inversores, esto puede resultar una ventaja o un inconveniente.

No hay que perder de vista el hecho de que las fluctuaciones en el precio de nuestras acciones nos dan más libertad. Libertad para tener en cuenta el precio de hoy, o libertad para no tenerlo en cuenta; libertad para invertir más, libertad para mantener intacta nuestra inversión o reducirla.

Es cierto que la libertad implica, como siempre, también responsabilidad. Como ya vimos, para invertir en el mercado bursátil y no perder nuestro patrimonio en el intento, en la mayoría de los casos vamos a necesitar ir acostumbrándonos poco a poco a la volatilidad inherente al mismo, aprender como si de nadar se tratara, desde donde hacemos pie perfectamente hasta donde ya nos empieza a cubrir, accediendo finalmente, con el tiempo, a aguas profundas.

No todo el mundo vale para esto: si nos consta que es así, haremos bien en mantenernos alejados de los mercados cotizados, será seguro la opción más responsable.

+ Obligaciones legales


Las empresas cotizadas están sujetas a un estricto control periódico de sus cuentas, a una auditoría. Esto, aunque no siempre es un seguro contra el fraude contable, sí que nos da una cierta seguridad a la hora de analizar balances y contabilidad en general.

Para velar por el cumplimiento de esta normativa, tenemos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

+ Acceso a la información


La información sobre las empresas cotizadas, y sus negocios, es hoy día, especialmente con internet, casi infinita. Si gustamos de invertir, probablemente supondrá más un problema el hecho de no tener tiempo para abarcar tanta información a nuestra disposición, y no tanto el no encontrar información reseñable.

Las propias empresas cotizadas publican periódicamente información relevante, los analistas como su nombre indica las analizan y publican sus análisis, y podemos encontrar artículos y artículos sobre las mismas.

Inditex, empresa cotizada en bolsa
El ejemplo paradigmático de empresa cotizada en España sería Inditex, con casi 90.000 millones de € de capitalización.

- Empresas no cotizadas


Aunque por lo general las empresas cotizadas tienden a ser la más grandes (salvo ejemplos como el de Mercadona), lo cierto es que en países como España la inmensa mayoría de los negocios son empresas, sociedades mercantiles, que no cotizan en las bolsas. Como en el caso de las empresas cotizadas, tienen sus pros y contras para el inversor.

+ Acceso a la inversión en empresas no cotizadas


Difícilmente puede verse como una ventaja el hecho de que la inmensa mayoría de los inversores o potenciales inversores tenga vedada la entrada al accionariado de las empresas no cotizadas. Por supuesto, es un derecho perfectamente legítimo de los propietarios permanecer en el marco tradicional, y no "sacar" a las bolsas una parte del negocio.

Básicamente tienden a ser accionistas, en mayor o menor medida, los familiares, los trabajadores (existen empresas no cotizadas que permiten a los trabajadores obtener acciones o participaciones sociales), o en ocasiones también la colectividad, por ejemplo en el caso de una ampliación de capital con libre acceso de la ciudadanía a la misma.

+ No cotización de las empresas no cotizadas


Esto puede ser una ventaja o un inconveniente. Para muchos inversores con aversión al riesgo, entendiendo por riesgo volatilidad, es sin duda una ventaja, ya que la mayoría de días duermen tranquilos (ya si la empresa reduce su dividendo o marcha muy mal el negocio y entra en concurso de acreedores tampoco se libran de estar sujetos a su devenir).

También puede ser un inconveniente, ya que vender un paquete de acciones o participaciones sociales de una empresa no cotizada puede resultar un desafío. ¿A quién se las vendes?, o mejor dicho: ¿a quién te permiten vendérselas? Hay que recordar que los estatutos sociales existen, y pueden limitar esto.

+ Inexistencia de mucha información: investigación desde cero y costosa


Imaginemos que nos ofrecen adquirir unas acciones de una empresa no cotizada. ¿Dónde buscamos información para valorar el negocio? Para empezar nos la tiene que dar la empresa (y bueno, esta puede tener mayores o menores incentivos para hacerlo, igual no le conviene o directamente nos ofrece la que a sus intereses conviene, pero no toda), o tendremos que buscar a un experto conocedor de la misma que esté dispuesto a hablar con nosotros (y, probablemente, no lo hará gratis).

Bar y empresas no cotizadas
Aunque no salgan tan a menudo en los periódicos y noticieros, la mayoría de empresas son no cotizadas, como el bar de más arriba.

- Mi opinión personal: mejor las cotizadas para invertir


Personalmente prefiero, por todo lo anteriormente mencionado, la inversión en empresas cotizadas, salvando el supuesto, claro está, de ser uno mismo el fundador de una empresa no cotizada (ya que tendremos acceso de primera mano a toda la información, tendremos libertad para decidir sobre el futuro de la misma, etc.).

Y pienso realmente que no hay demasiada fundamentación en esa manía o miedo hacia las empresas cotizadas. En general todo son ventajas, únicamente deberemos ser conscientes de nuestras limitaciones emocionales o incluso intelectuales, pero para lo primero y lo segundo también tenemos los fondos de inversión.

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Por Javier García de Tiedra González, Graduado en Derecho por la Universidad de Cádiz.