Todos los inversores sensatos coincidirían conmigo si afirmo que el factor suerte, a largo plazo, es irrelevante, ya que al final acabará por beneficiarnos y perjudicarnos a partes iguales. Sin embargo, sí creo que el hecho de tener suerte, en los inicios como inversor en renta variable, puede ser clave para aguantar o no con esta actividad.
- La suerte con el signo (positivo o negativo) de las bolsas en el primer año del inversor
Personalmente tuve la suerte de empezar a invertir mis ahorros en un año propicio (principios de 2017). Años como este (sobre todo en su primera mitad), en el que todo sube, te permite, salvo que tus decisiones de inversión hayan sido un completo desastre, una salvaguarda frente a inversiones de poca convicción (por no fundamentarlas debidamente, y hay que señalar que esto lo descubres precisamente cuando las acciones caen –si no tienes suficientes fundamentos para aguantar la inversión, tenderás a malvender, de ahí lo esencial de llevarlas bien preparadas–), y frente a la volatilidad (la volatilidad, indudablemente, se sobrelleva mejor cuando el resultado es considerablemente positivo).
Si tienes una cierta curiosidad por esta actividad, por las inversiones, una vez que das el paso y empiezas a invertir tiendes a estudiar más sobre el tema, a leer más libros, a ver más conferencias de expertos, etc. Si pasan unos meses, y vas formándote, puedes descubrir que o bien no es lo tuyo (por no soportar bien la volatilidad, p. ej.) o bien que no tienes tiempo suficiente para dedicarte a ello debidamente. En cualquier caso, si durante ese período de tiempo, durante esos primeros meses, las bolsas acompañan, y vas incluso ganando dinero (si el índice sube un 15% algo te tocará, por muy verde que estés), tienes una oportunidad para hacer las cosas bien, si decides seguir invirtiendo personalmente, o bien una oportunidad para delegar en profesionales (fondos de inversión, principalmente).
Y decidirse por delegar no ni mucho menos una opción poco atractiva o sensata. En España tenemos varios fondos dirigidos por gestores muy competentes, que baten por mucho a sus índices, y que, en comparación, hacen que pagarles sus comisiones sea un fantástico negocio para el partícipe. Yo tuve la suerte de que, tras medio año invirtiendo por mi cuenta, descubrí que esto requería de una dedicación importante, y de una formación, y que mientras no se tenga ni el tiempo ni la formación, invertir en fondos de inversión que mereciesen la pena resultaba ser la opción más sensata (y hay que ser aquí honrado con uno mismo, ya que lo tentador es seguir gestionando por nuestra cuenta, en vez de ver los toros desde la barrera –especialmente si te gusta, como es mí caso–).
- La suerte con los libros con los que empiezas a formarte
Personalmente tuve la suerte de empezar con el libro más conocido del inversor Peter Lynch, "Un paso por delante de Wall Street", y de que el segundo fuese "Invirtiendo a largo plazo", del exitoso gestor de fondos español Francisco García Paramés. Son dos libros de los que se puede aprender mucho, al menos lo básico para entender las reglas del juego que son los mercados bursátiles, y sobre todo son dos libros que destacan por ser muy amenos y entretenidos de leer.
"El inversor inteligente", de Benjamin Graham, p. ej., no creo que sea el libro más indicado para una persona que empieza. Aún cuando es indudable que aporta valor (especialmente, por ser el primero en hablar de muchísimos aspectos sensatos de la inversión), y que se puede aprender bastante del mismo, el autor no destaca precisamente por hacer libros cuya lectura resulte entretenida. Yo lo estoy acabando, p. ej., y aunque como he comentado merece la pena leerlo, se me está haciendo un pelín pesado (más aún, cuando a la vez me estoy leyendo "Batiendo a Wall Street", también de Peter Lynch). Si hubiese empezado con este, con el libro del Sr. Graham, igual me habría desanimado (y lo comento porque es un libro que muchos inversores sensatos recomiendan –y hacen bien, para hay que matizar que no es el más entretenido–).
Y si ya uno tiene que tener suerte entre un libro sensato y entretenido, o un libro sensato y pesado, imaginémonos si uno tiene ya la mala pata de empezar con un libro que ya no es que no te enseñe cosas útiles, sino que te enseña cosas que te pueden hacer despeñarte a lo grande (por desgracia, la mayoría). Creo que, para evitarlos, haremos bien en ir siguiendo a inversores que nos parezcan sensatos, e iniciarnos con lecturas que los mismos recomienden (yo he tenido la suerte, en éste año, de acertar con todos los libros de inversión que he adquirido, todos en mayor o menor medida recomendados por inversores que sigo y admiro).
Y en fin, nada más, si aún no habéis empezado a invertir, y estáis valorándolo, sólo me queda volver a resaltar eso, tratar de depender lo menos posible de la suerte, porque a medio largo plazo los mercados bursátiles son muy meritocráticos, para bien o para mal de nuestras inversiones.
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Por Javier García de Tiedra González, Graduado en Derecho por la Universidad de Cádiz.