La inversión, hoy día, con información privilegiada, no está permitida. Recuerdo, así de memoria, como el inversor y economista Daniel Lacalle lo explicaba: te pueden comentar datos que sean, de facto, información privilegiada, pero él como inversor, de darse el caso, ordenaba antes de aceptar escuchar dicha información, cesar cualquier operación con la empresa implicada (la recibía, por tanto, a efectos de curiosidad inversora). Las reuniones con empresas y analistas se podría decir que te permiten acceder a información de primera mano sobre cómo va un determinado negocio, sobre cómo se hacen las cosas en una empresa y sus planes de futuro, pero es una información que a priori no es secreta, cualquiera que se reúna con ellos puede conocerla, o simplemente se acabará publicando, más adelante, en los documentos que periódicamente publican las empresas cotizadas o los analistas.
La mayoría de empresas cotizadas cuenta con un departamento de relación con inversores. Imagen: UMS |
- Factores que pueden impedir de facto al inversor particular el acceso a estas reuniones
En cualquier caso, me parece innegable que el acceso a directivos o a personal de relaciones con inversores, por parte de los inversores profesionales, supone una ventaja competitiva frente al inversor particular (inversor particular con pocos recursos, se entiende). No tanto porque a ti como inversor particular no te vayan a recibir, o no sólo (desconozco hasta qué punto se recibe a inversores con patrimonios reducidos, o si ello tiene un coste directo), sino porque tampoco tienes los recursos para desplazarte, empleando tiempo y dinero, a donde sea que te pudieran recibir (Iván Martín, de Magallanes Value Investors, alguna vez comentaba que podían acudir, él y su equipo, a varias reuniones en una misma mañana, p. ej., y a más de cien cada año: aquí entraría en juego también la economía de escala, que te compensen esas reuniones, esos viajes –que no siempre serán a España–).
Los desplazamientos para visitar empresas y su coste puede resultar una barrera para el inversor particular. Imagen: Auto 10 |
- El contacto con empresas cuando sus cotizaciones caen fuerte, un medio complementario de repasar nuestra tesis de inversión
Hay veces que el acceso a trabajadores de una determinada empresa puede ser un factor importante en el supuesto de fuertes caídas en la cotización de una empresa en la que estamos invertidos. El control de las emociones es clave para no meter la pata, porque el Sr. Mercado, como llamaba el maestro Benjamin Graham (y también Warren Buffett) al mercado bursátil, no siempre es racional (de hecho, es muy útil asumir que a corto plazo no podemos esperar racionalidad en las bolsas). Si ser emocional puede ser un error fatal, debemos buscar la racionalidad, y cuando hay caídas fuertes no es mala idea preguntarse y tratar de fundamentar si dicha caída está justificada (si está justificada, igual hay que vender; si no lo está, esta volatilidad es una magnífica oportunidad para comprar más). Y una forma, o un medio, para repasar si nuestra tesis de inversión sigue siendo válida, es reunirse con el personal de la empresa cuyas cotizaciones han bajado, preguntarles si algo ha cambiado (por descontado, no debemos basar todo en lo que nos cuenten, pero igual puede ser un medio complementario para entender el nuevo estado de cosas, si es que han cambiado –igual no–).
En la inversión en renta variable las caídas bruscas cada X tiempo son inevitables, y hay que tratar entonces de ser racionales. Imagen: El Confidencial |
- La existencia de una red de contactos con otros inversores, con vistas a obtener nuevas ideas o información
En relación a la información, a la hora de invertir, es una ventaja competitiva la tenencia, por parte del inversor profesional, de una red de contactos con otros inversores profesionales. Aquí estaba pensando en Alejandro Estebaranz, gestor del fondo True Value, que en alguna ocasión comentaba que muchas de sus ideas las obtenían a través de una red de contactos de otros compañeros de profesión, que operaban en muy diferentes países a lo largo y ancho del mundo.
Una buena red de contactos, con los que obtener nuevas ideas de inversión es una interesante ventaja competitiva. |
- ¿Hacen uso todos los inversores profesionales de esta ventaja competitiva?
Es algo importante. De nada sirve confiar en un profesional, delegar en su gestión, de pensar que éste tiene acceso a recursos que no están a nuestro alcance como inversores particulares, si luego resulta que su gestión más que activa es pasiva. Muchos de los fondos de inversión que podemos encontrar en el mercado, en el mercado de fondos de gestión activa se entiende, lo único que tienen de activos son las comisiones.
Hay por tanto que analizar si el gestor, el inversor profesional, es realmente activo o no, porque de no serlo, esta falta de recursos que podemos tener como inversores particulares puede no ser tan importante, pudiéndonos decantar, de no encontrar a verdaderos profesionales (que haberlos, haylos) por la inversión por nuestra cuenta, o bien por la gestión pasiva [ETFs, p. ej., con pocas comisiones, que repliquen los índices (que nos darán a priori la rentabilidad del índice que elijamos, menos las comisiones)].
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Por Javier García de Tiedra González, Graduado en Derecho por la Universidad de Cádiz.